Desde hace más de siglo y medio en que recogiera en una breve,
pero jugosa, descripción sobre la villa, D.
Pascual Madoz,
navarro de nacimiento y que fuera ministro de Hacienda,
algunas cosas han cambiando tanto humana, social como
urbanísticamente en este ayuntamiento.
Una superficie municipal de 97,3 km², una baja llanura aluvial
( 330-340 m. sobre el nivel del mar) de viejo regadío, otra terraza
sobre la que se asienta el núcleo urbano (352 m.),
la alta terraza de Larrate ( 470-480 m.) y la depresión erosiva
de Figarol conforman el término municipal de Carcastillo que engloba
tres núcleos de población: el propio de Carcastillo, el de
Figarol y el de La Oliva.
Enclavado en lo que se conoce como valle del Bajo Aragón, llegado
el río a este punto cambia el rumbo de norte a sur seguido desde
Gallipienzo, por el de este a oeste hasta llegar a Caparroso. Disminuida
también considerablemente la pendiente ( 340 m. en Carcastillo y
280 en su desembocadura ) y, con ella, la velocidad de la corriente, el
Aragón dibuja meandros libres y divagantes, jalonado en ambas
riberas por los escalones aluviales de las terrazas que elaborara con los
cambios climáticos del Cuaternario.
La población del municipio ha pasado de 1.405 hab. en 1860 a 1.418
en 1900, 2.363 en 1950, 2.859 en 1960, 2.566 en 1981, 2.370 en 1991, 2.670
en 1996 y unos 2.646 en la actualidad (incluyendo Figarol y
La Oliva).
Sus fiestas patronales, que comienzan el primer domingo de agosto, duran nueve
días. Anteriormente se celebraban a principios de septiembre.
La patrona del pueblo es, sin embargo, Ntra. Sra. del Rosario cuya festividad
es a principios de octubre (7 de octubre), siendo también muy celebradas
festividades como San Babil, en enero, y la romería a Ujué el
primer domingo después de San Marcos (25 de abril).
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